Para realizar el expurgo, el personal del área respeta un protocolo que consiste en la utilización de guantes, barbijos y el material necesario para resguardar su salud. Los documentos se destruyen de manera manual o a través de una trituradora.
En esta ocasión, el papel embolsado fue entregado a la fundación Fermín Morales que acompaña y asiste a familias y niños enfermos de cáncer de entre 2 y 16 años. La Fundación vende los restos del papel para recaudar dinero y así costear los pasajes de las madres que tienen que viajar a Buenos Aires para acompañar a sus hijos a cumplir con los tratamientos.