En un informe del Departamento del Hemisferio Occidental presentado en la asamblea anual del Fondo en Marruecos, se indicó que “en Argentina, se prevé que el PBI real se contraiga un 2,5% en 2023 debido a la grave sequía”.
“Se prevé que la inflación se sitúe en una media del 122% en 2023, aunque ello dependerá de la evolución del tipo de cambio y del grado de endurecimiento de las políticas”, indicó el reporte presentado en la tarde de Marrakech.
Será el peor resultado económico de la región este año en términos de nivel de actividad, con una caída del -2,5%, la única recesión junto con el -1,5% de Haití. El resto de los países crecerá: desde Venezuela el 4% hasta Brasil 3,1%, pasando por México 3,2%, Estados Unidos 2,1% y Bolivia 1,8%.
En cuanto a la inflación, la Argentina registrará el segundo nivel más alto con el 135% a fin de año, luego del 250% proyectado para Venezuela. Tercero se ubicará Haití con el 30%; el resto de los países del continente registraría a fin de año un dígito de inflación.
El área que conduce Rodrigo Valdés indicó que “los riesgos a la baja siguen dominando las perspectivas, como reflejo de la frágil situación económica y social, las incertidumbres relacionadas con las elecciones y la vulnerabilidad a los shocks externos”.
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Valdés presentó el informe en una conferencia de prensa con sus subdirectores, Nigel Chalk, y Luis Cubeddu, también encargado del caso argentino. Frente a este panorama, afirmó que “para salvaguardar la estabilidad y hacer frente a los persistentes desequilibrios macroeconómicos, será fundamental que el programa respaldado por el FMI se aplique con firmeza y se asuma como propio”.
Esta semana, el informe de Perspectivas Económicas (WEO) del FMI informó que se proyecta una caída del -2,5% en el PBI de la Argentina este año y una recuperación del 2,8% el próximo. Además, la inflación llegaría a fin de año al 135% en 2023 y al 69,5% el próximo, cifras más moderadas que las que exhiben las consultoras privadas relevadas por el Banco Central (180,7% este año).
En tanto, el déficit fiscal primario llegaría al 1,6% del PBI este año y al 0,5% el próximo y el nivel de deuda sobre el PBI al 89,5% y 79,9%, respectivamente.
El informe destacó que “tras alcanzar el 7,8% en 2022, se prevé que la inflación en América latina (excluidos Argentina y Venezuela) descienda al 5% en 2023 y al 3,6% en 2024″.
Además, se expresó que “un grupo de países sudamericanos experimenta una desaceleración más pronunciada, impulsada en gran medida por la contracción de Argentina, en parte por la sequía”.
El FMI le giró al Gobierno un desembolso de USD 7.500 millones a fines de agosto, aunque advirtió que el programa se “descarriló” por los incumplimientos en las metas y también advirtió que las medidas de expansión fiscal adoptadas tras los comicios primarios “aumentarán las dificultades” del país. El Gobierno anunció que pagará luego de las elecciones del 22 de este mes un conjunto de vencimientos por USD 2.500 millones y también quedará pendiente la nueva revisión que asegure un nuevo giro desde Washington una vez que quede claro el panorama político local.
El informe indicó que “tras una recuperación de la pandemia más fuerte de lo previsto y una resistencia continuada a principios del crecimiento económico en América Latina y el Caribe (ALC) se está suavizando a medida que se afianzan los efectos de las políticas más restrictivas para combatir la inflación y se debilita el entorno exterior”.
“El temprano y rápido endurecimiento monetario en toda la región desde 2021, junto con la retirada de la mayor parte del estímulo fiscal pandémico y la inversión de las presiones externas sobre los precios, han contribuido a situar la inflación general en una trayectoria descendente”, sostuvo.
“La inflación subyacente también ha empezado a ceder, a medida que las presiones sobre los precios se generalizan menos, aunque sigue siendo elevadas en un contexto de mercados laborales fuertes y brechas de producción positivas en algunos países”, explicó.
Además, indicó que “los sistemas bancarios han resistido bien la suba de las tasa de interés y, en general, gozan de buena salud, aunque el crédito al sector privado se está desacelerando debido al endurecimiento de la oferta”.
“Se prevé que el crecimiento económico siga disminuyendo a finales de 2023 y toque fondo en 2024, mientras que la inflación converja gradualmente hacia los objetivos de los bancos centrales. A medio plazo, se prevé que el crecimiento de América latina vuelva a su baja media histórica”, afirmó.
“Los principales riesgos externos a la baja incluyen un menor crecimiento en los principales socios comerciales, la volatilidad de los precios de las materias primas, nuevos choques inflacionistas, nuevas turbulencias en los mercados financieros de las grandes economías”, concluyó.
Fuente: Infobae









