La tercer y última audiencia pública para convalidar el aumento de las tarifas de luz y gas estuvo a cargo del subsecretario de Planeamiento del Ministerio de Economía, Santiago Lopez Osornio, el hombre de Martín Guzmán en Energía, que quedó a cargo de defender el esquema de segmentación tarifaria, ante la decisión del ministro y los responsables del área, Darío Martínez y Federico Basualdo de no presentarse en la audiencia.
Si bien López Osorio destacó que se busca "focalizar la ayuda del Estado en los sectores medios y en particular en los más vulnerables" los criterios para identificar la población alcanzada abre muchos interrogantes.
La inclusión en el menor nivel de subsidios se definirá por cumplir alguno de estos criterios: estar ubicado dentro de polígonos de alta capacidad de pago identificados por el ENRE o en el registro de urbanizaciones cerradas. Tener ingresos superiores al equivalente a 3.5 canastas básica de un hogar compuesto por 4 personas; tener 3 o más inmuebles registrados; tener 3 o más vehículos con antigüedad menor a los 5 años; tener aviones o embarcaciones de lujo.
De esto se desprende que una familia tipo que perciba dos salarios de 150.000 pesos promedio cada uno dejará de percibir el beneficio.
"Esto es una masacre. Basualdo tenía razón" afirmó un cuadro técnico de la cartera de Energía que se mantuvo al margen de la discusión política "Lo que se entiende por el sector más rico es mucho más que el 10% de los usuarios. Es un golpe al bolsillo de la clase media".
Según los especialistas "cuando se estableció el esquema, los aumentos para los sectores pudientes se estimaban en torno al 200%. Pero la cotización internacional se mueve ferozmente. Hoy hay que afrontar el costo de la volatilidad del precio de los hidrocarburos que puede provocar que los incrementos lleguen al 300% para aquellos sectores que dejen de percibir los subsidios".
Los responsables del área de Energía, Darío Martínez y Federico Basualdo, en la visita a la planta de Albanessi en Ezeiza.
El cálculo se desprende de pasar a tener que pagar el total del costo, esto significa asumir las subas del precio de ingreso al sistema de transporte (PIST) así como las variaciones estacionales (PEST).
"Dado los aumentos en estos tramos de la cadena de producción, generación y distribución, las boletas se triplicarían o más", explicó el especialista.
Con esto, un hogar que pagaba hasta ahora un promedio de 5.000 pesos por el servicio, podría cuadriplicar esa cifra, con un correlativo impacto en la pérdida del poder adquisitivo del salario.
Fuente: LPO-
