Una de las historias del partido pasó por Maxi Romero, el reemplazante de Roger Martínez. Los hinchas de Racing se mordieron los murmullos que viene generando el delantero en sus últimos partidos y lo ovacionaron como nunca en la previa. Y a los 2 minutos, el nueve tuvo su chance de redención tras un pasazo -si es que existe el término- del pibe Ojeda. Pero Romero, de cara a su tocayo Sergio, definió de zurda, casi que sin mirar y la mandó al palo. Para su tranquilidad, el juez de línea, que andaba rápido para levantar su instrumento, señaló offside... Estaba equivocado. Racing se perdía el 1-0 de entrada y Boca gastaba su célebre "vidita" extra.
Para describir a Boca habría que inventarle un antónimo a tromba. Se puede decir que las aguas xeneizes estuvieron inquietas -de mínima- ante los constantes ataques locales. Recriminaciones iban y venían entre los defensores y a Almirón, dentro de la cancha, repartía indicaciones a diestra y siniestra, oralmente y con señas, y hasta habrá intentado código morse. Lo mejor de Boca, como no podía ser de otra manera, fue Cavani. El uruguayo, sabio, se tiró atrás para tocar porque su equipo lo necesitaba pero una vez cumplida su misión, volvía a su zona natal.
Fue tan contundente lo sucedido en el primer tiempo que a Almirón no le quedó otra que mover: afuera Merentiel y Valentini, adentro Weigandt y Janson, y cambio de esquema con cuatro al fondo. A Boca le vienieron bien los cambios -Cavani desperdició una mano a mano con Arias- pero mejor le vino la salida del mejor de Racing, Moreno, lesionado. El local se cayó y la visita mejoró un montón, como sucedió en la ida con la lastimadura de Barco. Escenas calcadas.
Fue el turno de Gago para cambiar. La gente entonó el "Roger, Roger" pero se ve que el colombiano, lesionado de octavos, fue casi de señuelo al banco. Entraron Almendra y Hauche, y siguió Quintero, con la plena fe del DT en su mística copera. Boca era bastante más pero Almirón pidió la cuenta mandando a Campuzano a cancha y el mozo le trajo el ticket con una definición digna de Coliseo Romano: los penales. Y allí, Romero le atajó a Piovi y Sigali (Quintero convirtió), mientras que por Boca no falló ninguno (Zeballos, Janson, Cavani y Rojo) y el Xeneize vuelve a estar entre los mejores cuatro de América.